miércoles, 28 de octubre de 2009

La historia detrás del Poema: "Flashback"


Una boda hace dos años marcó una coincidencia por demás interesante. Mi primera novia se sentaba ahi a mi lado, teniendo por consecuencia a su lado a su hija y marido respectivos.
La historia no pasaría de ser meramente pasajera si no es que ella se hubiera acercado lentamente sin yo percatarme para susurrar mi nombre al oido, justo como lo hacía esas tardes de verano apresurado.
Estremece escuchar esa voz emergiendo de mi historia personal para pasmarme ridiculamente tantos años después, y verla bailar a centímetros de mi, a unos cuantos años de mi.

Flashback
... you help her forget the world outside
you're not part of it yet.
Depeche Mode
Inalcanzable como entonces..
allá era el Little 15 solo que a mis catorce me atrapaste con el beso
mientras que a tus dieciocho me dejabas vislumbras lo que es el amor en espera,
en lejanía ya sea de juego o de verdad pero que desgarraba
¿acaso lo ignorabas?

Así permaneciste por veinte años en la foto de mi memoria
ahí fuera de la casa de mi abuela
en que cubrías tu cara del sol a los ocho y yo a los cuatro,
para verte en el olor de tu cabello y de tu ropa cuando no estabas,
cuando me escondía en el amor clandestino de todos los que censuraran
ver el error de amar así cuando ya amaba así

Entonces te quedaste
primero en la memoria dolorosa
en saber amar a otros en ti y no a mi tan temprano en el tiempo.

Después en la memoria que te mantuvo quieta
inserta en el pasado no sabiendo como ubicarte
si como sueño o como capricho de amor primero
de ruptura demasiado temprana.

Finalmente y solo por minutos de vislumbrarte
en darme cuenta que tu rostro había permeado muchas de mis búsquedas
no porque te buscara ti sino que comprendí por qué diablos eras tan inasible…

Por la misma razón que ahora a un metro de mi lo eres
sin poderte decir que desearía
que el circulo se completase una sola ocasión improbable
y fueras mía por el momento en cual nunca fuiste
y me dejaras por siempre
tal y como me has dejado
veinte años más allá de mi primer recuerdo
de corazones destrozados entre papas fritas y secundaría apresurada.


miércoles, 21 de octubre de 2009

Un perro una casa y una mujer

En días pasados presenté este poema ante un jurado y un público. Creo que el segundo lo entendió y sintió más que el primero. Realmente no requiere de mucha introducción, baste decir que es anecdótico ya que poca ficción dejo para los poemas, debido primordialmente a que muchas veces el resultado de la realidad es mas apasionante.

Un perro, una casa y una mujer

Hay un balcón donde a veces nos encontramos

donde vemos morir los domingos compartiendo la melancolía

o saludamos mañanas entre besos, cola que se mueve

y dos banderas en la ventana.


Mi perro es sueño de nobleza

es curioso que él sea el que extraiga la verdadera humanidad de mi

y me permita despojarme del miedo a dar,

aunque esto también suceda con la mujer.


Será por eso que a veces creo

que mis conscientes momentos ideales dejan de ser futuro

y son calles y breves prados con él y ella

en sábados de paz, en domingos de cierta angustia vespertina.


Hay una cama donde más de algunas veces nos encontramos,

donde me olvido de pensares y los concentro en ella

en hacerla sentir y sentirme

para escuchar su risa desatada

su gemir que exuda toda sensualidad,

su cuerpo que atrapa y absorbe

desde la aparente inocencia de su desnudez

hasta la dilatada pasión de nuestros encuentros.


Con ella hay ya suficiente historia escrita

para que las separaciones tengan un tinte mucho más peligroso

puesto que el tiempo dejó de ser exclusivo

adquiriendo aire de cooperativa, de niños tardíos.


Pero también hay camino suficientemente largo

para recordarnos, en fotografías de un ayer no tan lejano en un país lejano,

el por qué sentía lo que sentía

y el por qué esa sensación existe aun en mi aunque a veces sienta que se escape.


No se por qué entonces es que no decido mirarla de nuevo

con deseo, con ternura, con ánimo de abarcarla,

reencontrarla en su belleza

ser capaz de abstraerme con ella

justo como la miraba cuando me era ajena y me volví consciente de su existencia.


Y no como a veces pretendo no verla

o cuando no puedo sostener tanto amor …


En esa casa he encontrado tres fotos que me dan razones y sentires:

Un rostro blanco hermoso y sonriente…

una pareja en la playa de Viña con su pelo corto, rojo, y sonriente…

la misma pareja en otra playa, en otro hemisferio, en otro mar

ella hermosa, pantalón ceñido apenas transparente y sensual

piel rojiza de sol, cabello suelto y rostro sonriente.


Hay por aquí una casa

hay por aquí un perro

hay por aquí una mujer.


Pero también ha habido tantas dudas

tantos fantasmas involuntarios

que me he decidido perseguir, en algunos casos espejismos,

en otros seres reales

cuya proximidad altera todo el equilibrio

de esta asociación

de esta conspiración

de este amor compartido y a veces

tan consistente.


Hay una casa, un perro y una mujer

conviviendo entre las angustias de mi corazón

y mi sincero intermitente deseo de amarlos

y de saber que en esas mañanas de cama, balcón, fotografías y casa

acaricio lo que más he querido en mi vida.


Aunque sea queriendo como sea que se pueda querer:

a una casa en medio del caos,

a un perro rescatado,

y a una mujer con tanto coraje, cuya belleza combinada llega a ser casi perfecta

aunque ella se empeñe en no ver lo que he visto

y yo a veces me empeñe en no volver a ver.


martes, 29 de septiembre de 2009

La historia detrás del poema: "Ruta de Páez"

Resulta que el 28 de septiembre es mi cumpleaños. Hace algunos años pensé que era buena idea regalar poemas a gente que era cara a mi corazón. Ya que nunca había mostrado mis poemas era una buena idea enviar un regalo a aquellos que sabría leerían e inclusive se identificarían tal vez en más de una línea.

Es casi obvio mencionar que este poema es un mapa, es todo lo que se recorre, en mi caso, para estar hoy aquí. Asi es que espero sirva de nueva celebración de aniversario el compartir esta ruta cuyo formato puede cambiarse a guisa de receta para llegar ahi.

Un abrazo de nuevo.

Ruta de Páez

Inglaterra, Guatemala, Brasil, Chile y México,

esos amores sufrientes,

los diez mil kilómetros de América Latina,

la esmeralda en los andes,

la visita a mis hermanos en el Cuzco,

las canciones a la muerte del Che y la tumba de Darío,

la Fuerza de uno y la vida de Collins,

los sueños que implicaban enamorarse de fantasmas,

las imágenes fantasiosas,

esas canciones que tenían que ser de alguien,

la vida fuera de la escuela,

el tinto y el queso,

las diferencias tempranas,

el intuir qué es ser,

la llegada repentina a Londres,

las mañanas heladas de canes de Quilpue,

mis abuelos, mi extrañada abuela y el viaje del tatarabuelo en 1889,

Benedetti y Gabriel,

Allende y Sandino,

todas y solo algunas de ellas,

el amor al atardecer del día,

Santa Fe y la invención de María,

los aviones lejanos y los buses cercanos,

la playa erótica de Mazunte,

la arena helada de Isla Negra,

las vacaciones en Tonatico,

Portales, las Condes, del Valle y Atlixco,

el violín de Tchaikovsky y el cello de Elgar,

el tenis y mi rodilla necia,

Coyoacán y el hijo del Cuervo,

los viveros y las ardillas,

padre-madre-hermanos, todos los que son tan caros a mi corazón,

la tristeza depresiva,

la frenética escritura,

la conciencia del mirar,

las manos que se rozan,

el increíble dolor de lo injusto,

la valentía de intentar,

la conciencia limitada de mi ser humano,

todas las calles de Santiago-Centro,

Rómulo y Cathereen,

la sociedad civil,

los niños de la calle,

el abuelo Garibay y Yunus,

el sueño permanente de paz,

la blusa de viernes,

todas las lágrimas de Auté,

y todos los poemas.

Ese es mi mapa de ruta…

y aquí estamos…

con el tiempo parado junto a mi,

impaciente pidiendo factura

del costo de las imágenes en mis ojos

y del destino que habré de inventar.


miércoles, 23 de septiembre de 2009

La historia detrás del poema: "Valparaíso"

Cuando se carece de muchos recursos una respuesta para el equilibrio es carecer de deseos, llegando a encontrar una paz donde se libera la angustia del tener por la presencia absoluta del ser.

Siendo así creo que en aquel entonces simplemente estábamos. Nos dejábamos atrapar cada fin de semana que pudimos hace años en los cerros de Valparaiso. Desde ahi, con un desayuno de escalón y tienda de esquina, éramos y fuimos en algunos de los momentos más intensos.

Esta historia quizá pudiera escribirse en otra ciudad, pero indudablemente Valparaíso es dueño de esa dulce melancolía que quedó expuesta en las imagenes de aquellos ojos color de octubre.

Valparaíso

Hogar en muerte

tan deseado en vida


Atrapado por la belleza austral

noté que el puerto se hacía dueño de mis memorias

vestía la imagen de amar con calles empinadas

y cerros de tristeza.


Valparaíso y tú se fundieron de manera indivisible

pasaste a ser el viento sur, y él se convirtió a su vez en tus ojos de octubre,

el cerro Cordillera adoptó tus lágrimas y tú te convertiste en heredera de la plaza,

del caserón que ve hacia el mar, del ascensor con tablas medio podridas

gimiente al bajar, tan fatigado de subir.


De tanto vivir los cerros conoces, sin darte demasiada cuenta, cada historia.

Eres capaz de hablar con todos ellos, y ellos a su vez te cuentan...

Artillería te presume su pasado de glorias de Iquique,

los Lecheros te recuerda de una ventana y una foto en blanco y negro,

Cordillera habla de ti cuando niña,

y el Cerro Alegre se ha olvidado de su presunción, de resguardar el paseo Atkinson

para recordarte que Valparaíso...

sabe a chocolate, pan y domingo

sabe a amores de callejón

a primeras noches residentes en la memoria,

sabe a Neruda

sabe a besos sobre el mar.


He caminado contigo sujetando la mano del puerto

por avenidas de tres y a veces cuatro nombres,

desde ahí deseábamos amarnos en el Brighton

mientras tomábamos café en el Riquet

pareciéramos haber compartido su tiempo tan atrapado en el pasado.


Valparaíso huele a mar y a ti,

tiene colores de pobreza y miradas de historia.

Posee el simbolismo tan real

de encontrar en su carencia y melancolía

refugio ideal para los amantes,

para las letras,

para el vino y el frío.

Puerto sur tan alejado

que permite reencontrar la paz perdida en la muchedumbre norte,

paz reencontrada en trenes a lo largo de la costa.


Mi paz perfecta consistía en llegar a Quilpue

sentir el asalto del frío colarse entre las tablas

compartir con quiltros la soledad del andén

y verte a ti, de pie y mirando sin ver los rieles perdidos,

esperando por los viejos trenes

sin saberte observada, deseada, añorada.


Por ti hay playas en Viña

cubiertas de letras de arena y gaviotas viajantes,

por ti sopla el viento helado en Playa Ancha

ese que me colma de celos cuando lo descubro abrazando tu cuerpo

recorriéndote hasta hacerte estremecer.


Por ti el puerto se encargó de traerme y embrujarme,

de hacerme caminar

y entregarme a él y a ti en Errazuriz, en Pedro Montt, en Argentina.

Por ti mi amor a Chile, su estrella y copihue,

por ti hube de llegar al fin del mundo

para observar como aparecen lobos marinos

a la esquina de la costanera y tan cerca del molo,

envidiados mensajeros del mar...

traen a ti besos de sal

que se depositaran tardíamente

en esos ojos de octubre capaces de reflejar y llorar el puerto entero.

martes, 15 de septiembre de 2009

La historia detrás del poema: "México"

A pesar de no haber sido escrito este año 2009 este poema intentaba ser una especie de contra-celebración del ánimo patriotero que precede a las fiestas de independencia. En aquel momento mi ánimo era pesimista sobre este país, sin embargo me entristece que esa desazón ahora se ha profundizado al no encontrar muchas razones de esperanza.

No es grato compartirlo, sin embargo es una manera de marcar una fecha en la cual pareciera que el país se nos escapa entre los dedos. Poema que nunca pude concluir, la pesadumbre no requiere explicaciones. Así como el no rendirse tampoco se explica puesto que ante todo aún seguimos aquí.
En cuanto a porqué el epígrafe y video del himno chileno no es una ironía, es mi segunda patria y por un tiempo refugio contra la opresión de mi. Quedándose tantos quereres en mirada austral.

México
…que la tumba serás de los libres
o el asilo contra la opresión.
Himno Nacional Chileno
Qué he de darte que no sean palabras amargas
de decepción, de dolor, de cariño
de tanto extrañarte
quizá por ser como fuiste (que no conocí)
quizá por como podrías haber sido (qué sé nunca veré)

porque
nos estamos llendo, estamos partiendo,
con nuestra cobardía sí, de no ser más por ti
por no pertenecer a un país que pareciera no existir más,
herido por tus hijos
y convertidos en extranjeros
de nuestra propia cuna.

El precio es dejar los amores de familia
todos los hermanos esparcidos, algunos quebrados,
los sitios robados
los estados fracasados
las playas violadas
los arboles quemados...


Poema inconcluso, como el país…


jueves, 27 de agosto de 2009

La historia detrás del poema: "Mirándote al otro lado de la ventana... "

Este es un poema reservado. Apartado para una semana difícil como esta donde apenas hay tiempo de entrar y cumplir con esta cita impuntual con mis propias letras pero, mas importante, con los lectores.

No se vaya a creer que por breve es una historia y un poema desdeñables. Creo que el interés de su historia radica en el simple "si" o "no" que mueve los destinos, decisión que descansa en esos segundos de vernos de frente, del atisbar momentáneo en el ser del otro (que de paso es nuestro) y reconocernos para decidir si el deseo se aplaza o revienta entre nosotros.

Mirándote al otro lado de la ventana...

Me nace invitarte,
convidarte,
atraparte,
¿quieres darme un beso?

O prefieres la distancia que no existe
el añorarse ya inútil
el deseo aplazado...

miércoles, 19 de agosto de 2009

La historia detrás del poema: "Té"

Hay sabores. Definitivamente hay sabores que simbolizan cosas diferentes para todos aunque también pudiera ser al revés: una sola cosa es simbolizada para cada uno por un solo sabor particular. En mi caso el té me sabe a beso, no puedo evitarlo.

El té negro agarra los labios y los estremece con esa suavidad cálida que va diluyéndose entre los dientes, pasea por la lengua y despliega todos sus sabores en la boca implosionando cual encuentro de códigos saboríferos distintos.

Poco después la sensación permanece, cual beso de impronta. Quizá no con la intemporalidad de aquel pero si con la inmediatez que logra trascender sus segundos de existencia para quedarse en nuestra memoria un poco más.

El té me recuerda a ti,

ese color cobrizo me transporta a las mañanas

esas en que despertábamos juntos,

donde tus manos se calentaban acariciando una vieja taza amarilla.


Su sabor es de calma,

es lo que sentía cuando bebíamos juntos

cuando frente a nosotros

la cordillera se retiraba a descansar

vestida en rosa de amar.


El té me recuerda tus pequeñas adorables manías,

ahora sé que el agua tiene que ser hervida

que con espuma no hay buen té

y que no existe la once

más que comprimida en esas pequeñas bolsas de Ceilán.


Y yo sé por qué existe tanto significado;

el té, como tus manos, como tus caricias,

me llevan a un tiempo donde amé lo que quería

y que hoy es esperanza

de volver a amar con los mismos colores y sabores

en otros tonos de rosado

pero siempre con tus manos acariciando mis recuerdos

y bebiendo té pausadamente

sorbo a sorbo

como si probáramos por primera vez, el sabor a beso.

martes, 11 de agosto de 2009

La história detrás del poema: "Paseo Ahumada"

Hay un andador, una calle peatonal digamos, que comunica la principal avenida de Santiago (La Alameda) con la Plaza de armas y un poco más allá casi hasta el mercado cerca del rio Mapocho, no recuerdo exactamente.

Este paseo es fantástico. Sale directamente del metro U de Chile para sumergirse en cualquier temporada en un arroyuelo de viajantes, músicos, vendedores. Representando una democracia viviente que fluye a cualquier hora y en cualquier dia.

Su existencia provoca la futilidad y la brevedad de las vidas, ya que han sido muchas las que ha visto pasar, y nos confronta con nuestra finitud y de lo que conocemos en presente. Conceptos como nación e inmediatez material adquieren un aire tan pasajero que muchas cosas nos sobrevivirán para demostrar la brevedad humana.

Paseo Ahumada

De las bancas

de esas escuchas de todo: de gemidos de paloma,

de mujer, de tristeza y placer,

de desempleados y viejos.

Desde esas bancas de miles de historias anónimas y aparentemente insulsas

(menos que la mía)

de esas bancas parto hacia Ahumada. Me encuentro en Santiago una ciudad que tiene aire,

aire de ciudad como debe ser, no aire de megalópolis de estupor.


¿Qué podría dejarse fuera de Ahumada?

dejemos fuera por un momento a los paseantes,

dejemos fuera los vigilantes,

dejemos fuera el reloj y la temperatura, esos tipos de traje

fuera por espacio no definitivo, de algún modo se justifica.


Primero quedan los ciegos, cantantes de luz, de tango de Gardel.

El par ahí, cuando no el par por lo menos el viejo,

el órgano y el corazón, faltará el otro pero no así el viejo y su corazón.

No faltarán nunca ni la mujer que baila,

ni el enano deforme de lentes,

o el orgulloso lustrabotas de fotografía expuesta en el museo de Bellas artes

(¿como podría el tipo saber que le tomaron foto?)

no faltarán nunca,

ni yo faltaré pasando

no faltaremos nunca.


Nota: Entiéndase nunca como el espacio de tiempo entre el presente

y la muerte de olvido,

el otro es, o una rara excepción,

o un juego de personas que no se han detenido a considerarlo,

puesto que Ahumada algún día será nada, igual a mi,

mucho más perdurable eso si.

martes, 4 de agosto de 2009

La historia detrás del poema. "Ese mirar elusivo"


Hay ocasiones donde parece que nada nos acerca al otro, es el típico "es hermosa si, pero...". Desde ese no tener nada en común a veces sucede algo inesperado. Es esa fatídica coincidencia la que nos acerca de modo irrefrenable, más allá inclusive de la objetividad que da el tratar de entender, definitivamente mucho más allá.

Esa idea me sugirió que a veces el diálogo entre las personas no se da con las palabras necesariamente. Hay veces que el hablar se da en la música, en el lugar, en el tiempo o, como en este caso, en el intenso estar momentáneo. Ese diálogo se transforma entonces en una experiencia única por ser radicalmente distinta ya que no es fácil encontrar alguien con quien compartir una palabra pero mas dificil es cuando no teniendo nada puede uno acercarse a estar una y otra y otra y otra... hasta que gane, al tiempo, la pasión de los amantes.

Ese mirar elusivo
La margarita que se llame Mariana.
Fonseca
Como escarbas,
como atrapas,
cómo eres capaz de absorber el instante de la nada
para sacudirnos mutuamente en un vistazo de momento
de esos típicos vislumbres por centésima
suficientes para saber que lo que tenemos es el ahora explosivo
que se hace de conjunción imperfecta,
tanto que pareciera nos recordara un pasado ilusorio.

Resulta por lo tanto sorprendente
cómo haces para que de todas las incoincidencias
surja una sola coincidencia
pero que sea precisamente esa
la que nos embriagara en la sobriedad
de sabernos mutuos en el placer
del tiempo detenido.

Como escarbabas entonces en mi
que me hacías sentir tu olor profundo de mujer,
empapando mi sentir
aún horas después de sentirte
aún horas después de que me arrancaras las letras de los labios
por milésima,
seguramente porque las anteriores no parecían suficientemente arrancadas
aún a pesar de los cuerpos
aún a pesar de los largos milímetros recorridos labio a labio.

Palabras pasadas dictaminan sobre robar la imposibilidad al no ser
con por lo menos el ser momentáneo.
Tú abriste otra posibilidad
con el estar
con el abrir la puerta desnuda
como para no explotar sobre tu mirada elusiva
como para que no explotaras sobre mis manos aprehendientes
con la prisa que traían consigo al tener que estar
sin la pausa del ser,
para explotar de esa urgencia mutua de estar.

Dejando de estar nuevamente es tu pasar frente al mío
para ser visto desde piedras húmedas de risco
de esa ciudad que es de tu mano,
que es tu agitado mar que no permite
mas allá que solamente estar aferrado a las ondas brutales de tu pelo,
aquellas que aún se sienten en mis manos
cuando eran los sonidos y no las palabras
las que se decidían a dialogar la breve coincidencia entre nosotros.


miércoles, 22 de julio de 2009

La historia detrás del poema: "Los lugares de los años"

Una tarde en un café (nótese que muchas historias se hacen en tardes de café) me topé con Laura por cuatro horas. Creo las únicas cuatro que compartimos, sin embargo suficientes para que sus palabras confrontasen en mis letras las aparentes tardanzas de mi vida.

Entre muchos no haceres, lo que ella más me cuestionó fué que estas letras estuvieran encerradas durante tanto tiempo. Pese a ser los testigos más íntimos de mis sueños se mantenían absurdamente mudas, prisioneras en el cajón de un archivo electrónico.

Será por eso que liberar letras es catártico. Es como soltar pequeñas tortugas en el mar. Muchos de los sentidos que ellas contienen serán devorados por la prisa o la ceguera. Pero algunas... esas pocas vuelven para dotar de belleza la playa del lector y entregarte los sentimientos de los años. Años que no han sido aún tantos pero ya los suficientes para resistir cuatro horas en ojos de mujer y retornar a casa a escribir y liberar.

Los lugares de los años
Laura de cuatro horas

Damn, I wish I was your lover!
Sophie B. Hawkins

Este vivir en el pasado
es despertar en el presente
donde todo va tarde
donde ningún niño ha nacido
esto como fue decidido,
no así lo otro que ha sido invención de mi esperanza
seguida con ceguera a veces o con necedad en otras.

Como sea resulta que ahora estamos intentando vivir amores tardíos
esos que llegan entremezclados entre las miradas más nuevas
y que amenazan en convertirse en amores de segunda mano
cuando uno mismo pareciera necesitar reinventarse.

La edad en mis ojos no corresponde al tiempo de mi pelo
donde mucho tendría que estar resuelto
y no a medio hacer o como en algunos casos
en largos, larguísimos callejones sin salida
que no por hermosos son definitivos.

Hoy llego
aparco
el correo no espera
el perro espera
y me pregunto como se comienza otra vez,
cómo es que se cubre una distancia
cuando la carrera terminó hace algunos años
y las vidas están en otro lado
donde lo que mi realidad para algunos corresponde a su recuerdo
y para otros es la realidad que no corresponde estar compartiendo.

Comienzan entonces a erosionarse las letras
estas mismas, cansadas de su mudez,
hartas de encerrar tantas emociones
que se pierden como playa solitaria
en olas que rompen sin ser oídas
en arenas que retroceden sin ser detenidas
en lagrimas que no saben a nada, invisibles, atemporales, acorporales.

Será que habrá que ir enviando los poemas
o mejor aún cerrar algún día la historia
o como en esa maldita indecisión de los días pasados,
dejarla abierta siempre, total el tiempo ya comienza a escucharse
en la acústica fría de la abierta esterilidad.


martes, 14 de julio de 2009

La historia detrás del poema: "Mujer en metro de marzo"

Por mas que lo intento no recuerdo si fue Eduardo Galeano el que alguna vez escribió que había cierto tipo de mujeres "...que no se ven entre las amistades". Creo a varios nos ha pasado el encontrar a esa mujer inasible que se vislumbra alguna vez en algún aeropuerto, una plaza, un café, pero que resulta escasa entre las amistades. El metro es naturalmente un lugar de esas posibilidades escasas pero mismo por ser posibilidad es factible. Tal y como me ocurriera una tarde de marzo.

En aquel entonces vivía cercano a Coyoacán que, para quien no lo conozca, es mi barrio más querido de la Ciudad de México. Lugar de Coyotes hambrientos, calles empedradas y profusamente caminables, plazas hechas de cultura, tinto y mujeres hermosas en marzo... o cualquier otro mes del año.



Mujer en metro de marzo
“All the leaves are brown
and the sky is gray.”
Ya saben de quien... será que ella viajaba a Coyoacán

Blusa blanca, cabello suelto y pantalones viejos.
Treinta perfectos años
de ese aire de seguridad exacta
y honestidad compleja,
que revela que esta mujer
es ahora el sueño de otro
que en mi obvio juicio
injustamente se hace de su compañía para justamente reventar mis celos,
producto directo de la impotencia de ver pasar su sonrisa apenas sugerida
misma que ni siquiera se ha percatado de que existo.

Quisiera sentarme, si hubiera un espacio vacío entre las imágenes ausentes de la ventana y tú,
y contarte...
decirte qué es lo que he pensado que soy
y que sepas en lo que en realidad me he convertido...
que percibas como tiembla ligeramente mi voz
ya que el muy idiota me delataría solo en vista de ti,
al combinar desastrosamente palabras tensas con un mirar impostergable
hecho para robarle segundos al vagón.

Mi sugerencia sería entonces
atrapar tu atención por un instante lo suficientemente largo
para que dudaras...
Para despertar en ti un mínimo halo de curiosidad
que te hiciera intentar dar un paso seguro e irretornable
en dirección opuesta.

Pasaría entonces a la esperanza de no encontrarte con una historia vacía
sino más bien hallar que existe algo inmenso detrás de tu sencillez,
ese algo que llegase a combinar mis sueños con tus realidades
de un modo tan exacto
que no me deje tener nunca la certeza de saber si eres solamente tú
o también la visión de un presente que descubre a la mujer impostergable.

Ambos sabemos,
más yo que tú, que la historia no acabó en un sueño,
más bien se pulverizó en el caminar frustrado de la llegada a mi andén
que dio paso a este atardecer perdido, fruto de nada,
hasta que otros ojos de mujer vean estas líneas
e intenten imaginar
la única imagen que robé al vagón
para poder fabricarte en estas palabras y aplazarte un poco más.

miércoles, 8 de julio de 2009

La historia detrás del poema: "Words over P. Gabriel: Mujer ausente"

Muchos de mis poemas contienen dos elementos fundamentales: La música, que en mi sentir llega a ser arte y algunas letras de las mismas, de las que me apropio para ser epígrafes. Útiles para introducir un ambiente a mis propias letras, cual auto viejo que debe calentarse antes de andar.

Una tarde de viernes me impresionó sobre manera escuchar ese Don't give me love over this puesto que no concibo aún nada que exista sobre. Quizá al lado, quizá acompañando, pero no sobre.

Ese amor para mi solo puede expresarse en mujer y esas letras desgarraban (aún lo hacen) mi desequilibrio de escribir por condena entonces de mujeres, puesto que al hacer este poema recuerdo que pedía absolutamente todo... y aún lo hago. Este poema es pues una petición, una carta, casi un reclamo pareciera.

Aqui entre nos la música del epígrafe, Politik de Chris Martin, sería un excelente acompañante para esta lectura inspirada también en algo de Peter Gabriel. Si se puede agregar un tinto el maridaje para los sentidos queda satisfecho.

Words over P. Gabriel: Mujer ausente


Don’t give me love over...
love over...
love over this.
Chris Martin

Dame ¿qué?
La mujer perfecta.
Besos,
historia,
pasión y figura que destroce con perfecta serenidadCursiva
de certeza .

Concédeme la paz de mirarla
de temblar ante ella
de dejar caer lágrimas ante ella,
de danzar cantando.

Historia
correspondiente a lo que debe serse.
Tanta ya
que se reescribe.

Ahora palabras sobrias
de Gabriel, de ángeles,
inspiradas por los demonios de mi mente.

Siempre he de escribir por condena entonces de mujeres
al final el anhelo mas antiguo,
la semejanza mas profunda,
la razón más poderosa,
y la primera sobre las razones que reconozco
que no sean algo más que ellas mismas.

De aquella que no conozco
y que me obliga a escribir desenfrenadamente.

¿Donde mierda estás?

¿Donde se me han estacionado los días contigo?
Concédeme entonces el ángel
y el punto inconquistable del caminar acompañado,
en lugar del andar de paso de la noche al día
a la lejana sombra de su vestido
al alivio distante de su halo.

miércoles, 1 de julio de 2009

La historia detrás del poema: "Ya vienes tarde"

En momentos donde la conciencia explotaba me daba cuenta por fin que buscaba algo. Que las razones detrás de viajes y encuentros comenzaban a responder a una esperanza que se iba clarificando en rostro de mujer.

Esa conciencia, aún en aquel entonces, me parecía tardía. Percibía que la búsqueda tenía una razón profunda que iría mucho más allá de la casualidad de los encuentros y me apropié de ese destino poniéndole nombre inclusive, como se leerá en algún otro poema.

Esta historia versa sobre esa mujer que trágicamente es a destiempo y de la alegría que no podía compartirse por entero, puesto que el amar se relaciona con ese vivir como debe vivirse el cual, por lo cotidiano, viene en paquetes de dos.

Ya vienes tarde

Si eres, ya vienes tarde.
No se si has visto el retraso, no se si te has percatado,
deberías ver como han estado los días,
deberías sentir todo lo que ha sido
todo lo que ha pasado, cada instante de donde sin llegar te me has ido.

Si eres ya vienes tarde.
Ya el tiempo me esta carcomiendo,
las horas de alegría se están muriendo
se me escapan y no puedo retener mas que mi parte,
la tuya, tu pedazo de euforia no está mas, no hay ya como amarte.

Si eres, ya vienes tarde.
Solo llevas nombre de promesa, de lo que será, de respuesta.
Que no me olvide que llevo una vida aguardándote,
que no se retrase lo que siento que debo sentir, que no sea ya tarde,
que no pueda dejar pasar nada que sea, porque ya tenía que haber sido.

Si eres, ya vienes tarde.
Tarde de querer y tarde de amar,
de amar de tarde, de tardes de amar.

Si eres ya vienes tarde, por lo tanto no tardes más,
a menos que quieras que vaya a buscarte
si es así disculpa que vaya ahora, creo que ya voy tarde,
mas que llegar preciso hallarte, no sea que tan tarde
me olvide el cómo llegar a amarte.

sábado, 27 de junio de 2009

La historia detrás del poema: "Antigua"

Efectivamente se trata de la mágica Antigua, Guatemala. A esta ciudad viajé hacia fines del siglo XX para encontrarme con una mujer mucho más mágica aún. La co-autora de esta historia es una hermosa mujer guatemalteca, escritora, más recientemente fotógrafa y sobre todo entrañable a mi corazón.

Noches de Antigua existen varias. En un hostal a media luz el erotismo de hacer sin hacer escribió este único poema en prosa, muy diferente al resto de las letras que seguirían, refleja el diálogo de dos amantes recostados, a media luz, a medio vestir, a medio amar, en la totalidad de estar.

Es un amar de tarde en un rincón que buscó escaparse del tiempo y que en su momento huyó de él. Y que da respuesta a una pregunta que en aparente inocencia buscó adentrarse sobre el placer de ella en caricias de largo parecer.

Intenté así con este poema recrear el amar de cuerpos en voces y letras. Único texto que no es de mi completa autoria, ya que como el amar, son dos las manos que lo escriben.

Antigua

- ¿Por qué te gusta que te acaricie la espalda?

Los dos amantes acostados en camas separadas se dedican observar su propio deseo, midiendo la distancia entre ellos. Breve longitud destruida por el gemido de mujer que lamenta el frío y busca su par. Movimiento furtivo, previo a la unión de dos cuerpos.

- Porque a través de tus yemas creas sensaciones en mi cuerpo.

Primer contacto de labios, de cabellos, de olores. Caricias silenciosas de avance, sin más resistencia que aquel fútil intento que presentan sus ropas retrocediendo poco a poco, llevándose el frío con ellas para comenzar a ceder paso a la nulidad de la razón .

- Con tu lengua vas dejando tu esencia en mí, y a través de mi espalda puedo sentir tu aroma.

Bocas húmedas se encuentran, curiosas al principio, después dulcemente frenéticas, explorando el interior del otro y sintiendo el suyo propio. Separándose bruscamente para que la boca de él descienda cálidamente, recorriendo los caminos blancos de su cuello y hombros... senderos.

- Exploras mi cuerpo con tus manos, descubriendo nuevos rincones.

Su atención se olvida totalmente del mundo y vive solo en esa laguna de absoluta claridad aún permaneciendo en la penumbra. Fascinado por el vientre femenino, llega hasta la línea artificial que parte del centro de su nacimiento para culminar en ella.

- Este cuerpo es tuyo, estás llegando a lugares.

Respira hondamente de su alma y el aroma a ella impregna la totalidad de su rostro ojalá por siempre, reclamando la atención total de sus sentidos, incorpora en su alma el sabor de otro cuerpo, con el cual ya está unido a pesar de la presente distancia a pesar del sin tiempo.

- Ahora no hablas, solo sientes, esclavo de las palabras.

Siente la excitación crecer en ella y escucha su respiración y voz. La primera fuerte y rítmica, la segunda suave y proveniente de otro lugar, de un lugar de paz.


- Mis palabras te guían, estás embelesado con ellas y deseas poseerme.

Sube de nuevo para besar su boca y giran el plano completo. Ahora él está sobre la rosa de su espalda y comienza a transmitir todo su deseo por las palmas de sus manos, subiendo y bajando, estrujando, comunicando el código de tersura en ella.

- Me acaricias, juegas conmigo te apoderas de lo que es tuyo, me deseas desesperadamente.

Ahora solo respira, sintiendo como sus dedos desean estar en uno y en todos los lugares de su cuerpo. Finalmente, atrapado aún fuera de ella, baja por sus piernas, conociéndolas, sintiéndolas, haciéndola propia.

- Este es mi otro yo, vomitando palabras no escritas a través de mi.

El aura de la magia los cubre por completo y lo obliga a él a tenderse cansado y a ella a voltear para quedar como siempre, en su costado con su pierna descansando sobre las de él.

- Jamás vuelvas a preguntarme por qué me gusta que me acaricies la espalda.

La historia detrás del poema

"Auroras boreales, miradas australes" es el título de un libro mio de poesía no publicada y cuya intención en este blog es compartir varios de los poemas con la historia detrás de ellos.

Lo pensé así dado que mi escritura es catártica, vivencial, y por lo tanto desgarrada, más de algunas veces triste y siempre apasionada. No me concibo como poeta, mas bien como ser humano que logra poner en letras esa exacta sensación que tenía al escribir y que había que colocar en algún lado.

Mi nombre es Miguel de la Vega, vivo temporalmente en Puerto Vallarta, México (ya que no hay lugares definitivos), trabajo en una Fundación en la costa de Nayarit.

Concluyo con esta invitación a compartirte mis letras y, por lo tanto, mi historia. Los poemas que aparecerán intentarán a su vez responderse puesto que:

"No tan recientemente me he percatado

de que las letras. como muchas cosas que importan,

también tienen fecha de vencimiento

vencen porque vence su recuerdo

vence la sensación que provocan,

se olvida como se escribía en aquel tiempo

en tonos rojos y duros de cartel".