sábado, 27 de junio de 2009

La historia detrás del poema: "Antigua"

Efectivamente se trata de la mágica Antigua, Guatemala. A esta ciudad viajé hacia fines del siglo XX para encontrarme con una mujer mucho más mágica aún. La co-autora de esta historia es una hermosa mujer guatemalteca, escritora, más recientemente fotógrafa y sobre todo entrañable a mi corazón.

Noches de Antigua existen varias. En un hostal a media luz el erotismo de hacer sin hacer escribió este único poema en prosa, muy diferente al resto de las letras que seguirían, refleja el diálogo de dos amantes recostados, a media luz, a medio vestir, a medio amar, en la totalidad de estar.

Es un amar de tarde en un rincón que buscó escaparse del tiempo y que en su momento huyó de él. Y que da respuesta a una pregunta que en aparente inocencia buscó adentrarse sobre el placer de ella en caricias de largo parecer.

Intenté así con este poema recrear el amar de cuerpos en voces y letras. Único texto que no es de mi completa autoria, ya que como el amar, son dos las manos que lo escriben.

Antigua

- ¿Por qué te gusta que te acaricie la espalda?

Los dos amantes acostados en camas separadas se dedican observar su propio deseo, midiendo la distancia entre ellos. Breve longitud destruida por el gemido de mujer que lamenta el frío y busca su par. Movimiento furtivo, previo a la unión de dos cuerpos.

- Porque a través de tus yemas creas sensaciones en mi cuerpo.

Primer contacto de labios, de cabellos, de olores. Caricias silenciosas de avance, sin más resistencia que aquel fútil intento que presentan sus ropas retrocediendo poco a poco, llevándose el frío con ellas para comenzar a ceder paso a la nulidad de la razón .

- Con tu lengua vas dejando tu esencia en mí, y a través de mi espalda puedo sentir tu aroma.

Bocas húmedas se encuentran, curiosas al principio, después dulcemente frenéticas, explorando el interior del otro y sintiendo el suyo propio. Separándose bruscamente para que la boca de él descienda cálidamente, recorriendo los caminos blancos de su cuello y hombros... senderos.

- Exploras mi cuerpo con tus manos, descubriendo nuevos rincones.

Su atención se olvida totalmente del mundo y vive solo en esa laguna de absoluta claridad aún permaneciendo en la penumbra. Fascinado por el vientre femenino, llega hasta la línea artificial que parte del centro de su nacimiento para culminar en ella.

- Este cuerpo es tuyo, estás llegando a lugares.

Respira hondamente de su alma y el aroma a ella impregna la totalidad de su rostro ojalá por siempre, reclamando la atención total de sus sentidos, incorpora en su alma el sabor de otro cuerpo, con el cual ya está unido a pesar de la presente distancia a pesar del sin tiempo.

- Ahora no hablas, solo sientes, esclavo de las palabras.

Siente la excitación crecer en ella y escucha su respiración y voz. La primera fuerte y rítmica, la segunda suave y proveniente de otro lugar, de un lugar de paz.


- Mis palabras te guían, estás embelesado con ellas y deseas poseerme.

Sube de nuevo para besar su boca y giran el plano completo. Ahora él está sobre la rosa de su espalda y comienza a transmitir todo su deseo por las palmas de sus manos, subiendo y bajando, estrujando, comunicando el código de tersura en ella.

- Me acaricias, juegas conmigo te apoderas de lo que es tuyo, me deseas desesperadamente.

Ahora solo respira, sintiendo como sus dedos desean estar en uno y en todos los lugares de su cuerpo. Finalmente, atrapado aún fuera de ella, baja por sus piernas, conociéndolas, sintiéndolas, haciéndola propia.

- Este es mi otro yo, vomitando palabras no escritas a través de mi.

El aura de la magia los cubre por completo y lo obliga a él a tenderse cansado y a ella a voltear para quedar como siempre, en su costado con su pierna descansando sobre las de él.

- Jamás vuelvas a preguntarme por qué me gusta que me acaricies la espalda.

La historia detrás del poema

"Auroras boreales, miradas australes" es el título de un libro mio de poesía no publicada y cuya intención en este blog es compartir varios de los poemas con la historia detrás de ellos.

Lo pensé así dado que mi escritura es catártica, vivencial, y por lo tanto desgarrada, más de algunas veces triste y siempre apasionada. No me concibo como poeta, mas bien como ser humano que logra poner en letras esa exacta sensación que tenía al escribir y que había que colocar en algún lado.

Mi nombre es Miguel de la Vega, vivo temporalmente en Puerto Vallarta, México (ya que no hay lugares definitivos), trabajo en una Fundación en la costa de Nayarit.

Concluyo con esta invitación a compartirte mis letras y, por lo tanto, mi historia. Los poemas que aparecerán intentarán a su vez responderse puesto que:

"No tan recientemente me he percatado

de que las letras. como muchas cosas que importan,

también tienen fecha de vencimiento

vencen porque vence su recuerdo

vence la sensación que provocan,

se olvida como se escribía en aquel tiempo

en tonos rojos y duros de cartel".